Confianza puede referirse a varias
cosas: la seguridad en nosotros mismos, la esperanza de que algo se
desarrolle conforme nuestras expectativas, o la familiaridad que tenemos en el
trato con alguien. Como tal, es un sustantivo que deriva del verbo confiar.
La
confianza, entendida como la seguridad que cada persona tiene en sí
misma, es una cualidad de gran valor en todos los ámbitos de la actividad
humana. Es fundamental en la escuela, el trabajo, los negocios, así como en el
medio empresarial, comercial, artístico o académico.
La
confianza nos ayuda a seguir adelante con nuestros propósitos pese a los
reveses, el desánimo o las dificultades. En este sentido, implica la convicción
de que, valiéndonos de nuestras fortalezas y virtudes, seremos capaces de
lograr lo que nos propongamos.
Este tipo
de confianza se fundamental en las experiencias acumuladas por cada
persona durante la vida, y se desarrolla y cultiva con el tiempo. Por
esta razón, la confianza varía de individuo a individuo. Alguien con
experiencias positivas en relaciones de pareja, por ejemplo, no tendrá mayores
inconvenientes al afrontar una nueva relación, a diferencia de una persona que
siempre ha tenido relaciones traumáticas o dañinas en el pasado.
Asimismo,
confianza también se llama la esperanza o fe de que algo suceda
conforme imaginamos, o que alguien se comporte o actúe de acuerdo con lo que
esperamos. La confianza, pues, vendría a ser la hipótesis que nos
formulamos sobre la conducta futura de algo que no depende de nosotros. En este
sentido, la confianza borra la incertidumbre. Y dependiendo del grado de
correspondencia de lo que acontece con lo que esperábamos, nuestra confianza se
fortalecerá o debilitará.
La
confianza es fundamental a nivel social. Por eso, la confianza que
podamos desarrollar hacia otras personas (el profesor, el compañero de clases,
nuestros padres, etc.) o hacia otras cosas (el Estado, la policía, el sistema
de salud, etc.) son esenciales en la forma en que nos relacionamos con nuestro
entorno y el grado de bienestar que esta relación nos proporciona.
La
confianza es básica a la hora de relacionarnos con la familia, la pareja, un
socio, un cliente, un proveedor, etc. Las relaciones basadas en la confianza
mutua son más sólidas, prósperas y duraderas que las que no lo están. De hecho,
las personas partidarias de una religión suelen basar su fe en
una confianza absoluta e inobjetable en Dios y sus designios.
Asimismo,
en el ámbito de la tecnología, la confianza sobre el funcionamiento
de determinado dispositivo o artefacto se basa en la capacidad de predecir su
comportamiento. En este sentido, la confianza es lo contrario a la
incertidumbre, la sensación de no saber o no poder predecir lo que pasará.
Por otro
lado, también podemos designar como confianza el grado de familiaridad
o llaneza que tenemos en el trato con alguien, bien sea por
amistad o por parentesco, y que se basa en un afecto recíproco. Por extensión,
se llama también confianza cierta forma de familiaridad o libertad que llega a
ser excesiva, al punto de ser desagradable.
Sinónimos
de confianza son:
esperanza, fe, seguridad, certeza, así como familiaridad, llaneza o
naturalidad. Su antónimo sería desconfianza.
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